En los momentos en los que el trabajo aumenta y necesitas que todo el
equipo se vuelque es cuando recuerdas lo importante que es que las
personas estén motivadas. Mantener la motivación y el compromiso de un
equipo es una parte fundamental e integral de un liderazgo sólido.
Además, si no evalúas regularmente los índices de satisfacción y motivación, corres el riesgo de que la rotación se dispare. Investigaciones han
demostrado que, debido al contagio social, cuando un compañero de
trabajo renuncia, puede extenderse y afectar el comportamiento de
renuncia de otros empleados, aumentando la probabilidad de que otros
hagan lo mismo. ¿Te suena?
Aquí tienes algunas estadísticas sobre la motivación en los empleados:
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El 54% de los empleados asegura sentirse desmotivado en su trabajo actual.
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El 62% de los empleados que se sienten desmotivados, considera que la principal medida para alimentar su motivación sería un incremento salarial.
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El 37% de los empleados desmotivados, desean un mayor reconocimiento.
- El 27% de los empleados señala que una promoción profesional mejoraría su motivación.
Prueba estas 10 maneras de mantener a los miembros de tu equipo
motivados y descubre cómo también mejorará la satisfacción y el
compromiso:
- Genera un ambiente de certeza.
El cerebro humano no está preparado para la cantidad de incertidumbre a la que nos enfrentamos en el trabajo y en nuestra vida personal, según la psicóloga social Heidi Grant y Tal Goldhamer. Con los cambios constantes en el panorama laboral, la incertidumbre produce un estado de amenaza en el cerebro, que suele derivar en una disminución de la motivación, la cooperación y el bienestar. Y claro, la consecuencia de todo esto es que la rotación se incrementa.
¿Cómo podemos compensar la incertidumbre? Con mensajes claros, transparentes, llevando una dirección estratégica de la que todos estén informados…¡La información debe fluir siempre!
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Conecta los propósitos individuales con el propósito de la organización.
Cuando logramos dar un propósito, cada empleado mejora la visión sobre el todo, comprendiendo mejor cómo encaja el trabajo de cada persona. ¿Qué es lo que les apasiona? ¿Qué les preocupa? Cuando un equipo ve la conexión entre lo que más valora y lo que más valora su organización, aumenta el compromiso con sus roles y su trabajo.
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Demuestra empatía.
Tener empatía no significa decir “te entiendo” y pasar a otra cosa. Empatizar con nuestro equipo es reconocer la carga de trabajo, expresar lo difícil que es determinado proyecto y los sacrificios que implican ciertas tareas. Transmite solidaridad, ofrece tu ayuda y demuestra que sois un verdadero equipo. Por supuesto, no tienes que olvidar mencionar los aspectos positivos.
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Marca objetivos (smart).
Solo puedes motivar a tu equipo si saben para qué están trabajando. Asegúrate de que todos los empleados y empleadas conozcan tu visión y objetivos. Divide el trabajo en pequeñas metas a corto plazo. Así, podrás establecer arcos significativos y medibles que mantendrán el enfoque hacia el objetivo final y generarán sentido de la responsabilidad.
Al tratarse de objetivos medibles, podréis evaluarlos para dar la sensación de respiro y para aseguraros de que estáis en el camino adecuado.Ten en cuenta los plazos que marcas, ¿sabías que si defines un límite de tiempo para realizar una tarea el equipo trabajará a una velocidad diferente antes y después del punto medio?
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Permite la autonomía.
En cuanto cada miembro tenga claro cuáles son los objetivos, permite que cada persona del equipo decida cómo, cuándo y dónde realiza su trabajo. Cada persona sabe cómo maximizar su productividad. En un estudio reciente, el 59% de los empleados indicó que la flexibilidad es más importante para ellos que el salario u otros beneficios.
Cuando las personas sienten que tienen el control, están más motivadas y experimentan un mayor bienestar. Sin embargo, la falta de autonomía puede disminuir la capacidad de concentración y colaboración.
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Protege a tu equipo.
Cuando hay una sobrecarga de trabajo, es fundamental que, como líder, sepas priorizar las tareas de tu equipo. Protégelo de peticiones poco realistas y rechaza las demandas de baja prioridad o de poco valor. Además, también es fundamental que cada persona del equipo cuente con los criterios para tomar decisiones respecto a qué solicitudes son o no importantes.
Esto tiene mucho que ver con la autonomía y la confianza, apoya a los miembros de tu equipo frente a tareas que no podrían cumplir siendo realistas. Los ayudarás a mitigar su desgaste y mantener su motivación y compromiso.
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Dales permiso para decir "No".
Resulta muy difícil decir “no", sobre todo si no somos líderes. Enseña a tu equipo a decir que no y, si es necesario, respáldalos o toma tú la iniciativa para decir "no" a las personas interesadas. También es importante que sepan y puedan cuestionar ciertos aspectos: ¿es viable esta petición? ¿los plazos son realistas? ¿podrán cumplirse?
Cuenta con que también podrán decirte que no a ti. En ese caso, escucha sus razones y entabla una conversación sobre lo que se puede o no hacer, sobre los plazos y cómo puedes ayudar.
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Genera conexión.
No es ninguna sorpresa: saber que otros nos respaldan y que hay un esfuerzo común, motiva a cualquiera. Fomenta un espíritu de colaboración y camaradería para que todos se ayuden mutuamente. El espíritu de equipo puede generar amistades duraderas que se extiendan fuera del trabajo. Las amistades laborales aumentan tanto la productividad como el compromiso.
Puedes fomentar esa conexión entre tu equipo de muchas maneras: comenzando cada reunión tratando algún tema personal, celebrando el cumpleaños de un miembro del equipo, planeando eventos divertidos y creando espacios online y offline donde todas las personas puedan conectarse a nivel más personal. Jennifer Moss en su libro The Burnout Epidemic dice que “la conexión personal no solo es buena para el compromiso y la felicidad en el trabajo; es lo que nos hace humanos”.
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Da feedback positivo.
Sentirnos realizados con nuestro trabajo es uno de los factores clave de la satisfacción laboral. A veces se nos pasa por alto dar feedback positivo, pero reconocer y celebrar los logros nos inspira a continuar trabajando así de bien. Para ello, es muy importante que los elogios sean específicos: en lugar de decir “buen trabajo”, explica por qué fue un buen trabajo y cómo ayudó a la organización. Esta será la única forma de que una persona sepa volver a hacerlo genial en próximas ocasiones.
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Ofrece recompensas.
Recompensa a tu equipo por su trabajo, ya sea en forma monetaria, con una promoción interna, con mayores ventajas… Las recompensas e incentivos son claves para la motivación, sobre todo si no esperamos a finalizar un proyecto y los implementamos también a mitad del proceso. Así es como se crea un compromiso sostenido.
Si solo ofreces la recompensa cuando llega la fecha límite, estarás incentivando la finalización del trabajo. En cambio, si hay una breve recompensa también a mitad del plazo, conseguirás que la calidad del trabajo sea mejor y que se mantenga la motivación.
Estos consejos solo funcionarán si eres una persona accesible y estás
disponible para que cuenten contigo. ¿Te animas a medir la motivación de
tu equipo?